domingo, 20 de abril de 2014

POETAS Y POEMAS DE LOS 90






ALFREDO HERRERA




Canción de amor

Si pasas por
Copacabana
llévale este poema
a Rosa, y dile que el olvido
ha hecho presa
de mi memoria
y que lo mejor
que hay de ella en mi
es su segundo nombre.



JUAN CARLOS DE LA FUENTE UMETSU

*
hay peces sujetando los colores del agua

*
el sueño no cae

murmura

y no le vayas a poner un rostro para saber que aquí
creció la flor y hay ojos
por todas partes

y ninguna mirada

*
te seguí:
hice un agujero
en la
lluvia




HÉCTOR ÑAUPARI



XIII

Miren con todos los ojos de la piel esa otra piel. En su ilesa geografía habitan mis poemas como latidos, como secretos que se esparcen en el crepúsculo.

Miren con todos los ojos de la piel esa otra piel. Cómo huye del delirio inmóvil que se transforma en aullido, en grito o en gemido sin alcanzarla.

Yo he vencido con mis manos el enfático vapor de tus labios abiertos y sangrantes. Con ellas he invadido el sol hasta las sedes sangrientas del plenilunio.

Miren con todos los ojos de la piel esa otra piel. En sus sueños, ahora sé que la eternidad no es propiedad de las pirámides.

Héctor Ñaupari, En los sótanos del crepúsculo (Fondo Editorial UNMSM, 1999)




ISABEL MATTA BAZAN


SOLEDAD NUESTRA

¿Merecíamos acaso el amor y las caricias de los insectos?
No. Ni sus patas rozando la soledad de nuestros genitales.
Los hombres partieron a la guerra dejando cuerpos femeninos
a merced de las hormigas-soldado, de las cucarachas murciélago.
Sé que nuestros hombres fornican atrás de los cerros
con rameras de nalgas firmes y pezones botón.

Hay una araña en mis cabellos y hace su nido.





RAFAEL HIDALGO


EL ORGANILLERO

Al fondo,  un organillero inclinado  sobre la pesada caja de su tristeza,
detuvo el ritmo apacible de su melodía
y la soledad es la única música que ahora  desprende.
La tarde sobre él es una afligida sombra que lo detiene
en la pared blanca de su sueño.
Sus  largas manos dejaron de sonar mansamente
apoyadas en su caja de gris  esperanza,
apenas su rostro efímero  bajo un sombrero
hace sobria la melancolía y las lágrimas.
La calle solitaria como única compañía,
El organillero  detuvo sus pasos
en la blanca pared de tu cuarto
entonces, solo tus ojos de implacable ternura
pudieron en verdad detenerlo
y su música invisible empezó
su  más hermoso canto.




JOSE PANCORVO


VEN, DESCONOCIDA
               
                                         1


                sólo en ti lo he sabido:
tu perfección aumenta
con la ocasión de verte

sólo en ti veo el viento
que se perdió del mundo

tu rostro encuentra los ríos
tus manos ya no están más

                abriré la neblina:
tu perfección aumenta
con la ocasión de verte





JOHNNY BARBIERI

XXXV

Virgen de basalto
en este día cargado de muerte
te pido que guíes los pasos de Eleanor
te pido que le bajes los frutos porque ella es pequeña
desquiciada no tiene ojos
está decrépita y se desangra.


XXXVI

Al sur está Eleanor
tejiendo sobre un tapiz el instante de su muerte
al sur está el dorsal quebrado
al sur está mi patria sin ruedas
al sur está la vuelta a la luz
que ilumina el mundo.




VIRGINIA BENAVIDES

Del vuelo o los viajes


Hay un laberinto donde nadie quiere entrar y una lengua que quiere salir a hacer de las suyas: zurzo palabras como carpas de campaña raídas por una guerra de voces. La ajena lebrelea en la ciudad a despistar toda pena y a su paso se confabulan las glorietas para mostrar piruetas de agua. Sideral, vuela por los árboles como un rampante azulejo alando, cirqueando en el aire su canto de pico agorero. Es la que se introduce en las tiendas a preguntar qué compro y siente que nada necesita. Es la que en las avenidas se cose las alas cual urdiembre de Icaro, afanando al sol que la mira de reojo. Punto al revés en los jirones se cuela en los zaguanes a probar el zumo de los amantes y se arma de amor disparando a los ciegos instantáneas de sueño. Los autos despistan a su paso y los semáforos se sonrojan en azul. La ciudad se convierte en una enredadera musical y un ojo en éxtasis para su avidez de infinito. Y canta en silencio su tristeza de pozo sin fondo y pogea su desconcierto pero continúa lateando rumbo a ninguna parte. Hay un bar de peces muertos, hay un aroma a sal vedada y a lamento de condenado. Pero ella pasa soplando su humo colorido y todos despiertan asustados de verse morir. Hay un laberinto donde nadie quiere entrar, hay un minotauro corazón, hay un ave que se exilia y una sanación que busca en esta costura, en este poema. Hay una guerra que se inicia y un único refugio: volar




MIGUEL ILDEFONSO

Niño
De niño soñaba mucho
La estrella junto a la luna
Era como un juguete perdido
De nadie
Yo quería perderme
Así de lejos
Convencerme que la estrella
Era de nadie
Solo era un niño
Que se encerraba en su casa
Para no perder a la estrella
Allá en su silencio exacto
Contaba las otras estrellas
Y a las que pasaban fugaces
También cantaba
Como si fueran a oírme
Pero soñaba
La veía siempre al lado de la luna
Siempre me esperaba
Siempre me esperaría
A que yo terminara mi juego



RODOLFO YBARRA

XX


Alas de ángel minotauro es lo único en la acera solitaria
mañana será un fósil más,
una osamenta para hombres utópicos
porque la muerte será sólo grotescos gestos de muerte
Torcidos rostros enderezando al silencio.

Aquí ya nada tiene sentido y escapo del remolino
mi sombra recorta la silueta de un arcángel
y lo extraño.

Una bola de fuego incinera el firmamento.
El mundo arde, el cielo escupe lava
la muerte sobre un caballo decapita al ángelus
es el final,
gallinazos escoltan al minotauro
el sol parpadea en el horizonte.




PEDRO PERALES

COMO SI NADA EXISTIERA

Como si nada existiera
como si todo fuera creado o increado
como si a lucha de contrarios tuviera
grandes razones de ser o no ser
por esas conmiseraciones, por esas
raudas formas de hacer o rehacer estas
impensadas formas de poesía.




ANA VARELA

No poseo

No poseo sino una canoa y una parcela de arroz en un barrial,
no poseo sino el rumor del río huyendo siempre.
Aquí en Sonapi los tiempos son malos,
digo malos porque no siempre se come o se bebe.
Entonces pienso si moriré en este lugar.
Los muchachos fieles al pueblo pasan sin verme
y no poseo sino mis ojos que me complacen de día.
Recostada en el puente apunto a la luna,
¿qué debo hacer en esta postura?
Sólo puedo recordar mi nombre cuando los difuntos de silban.




ROXANA CRISOLOGO

EL VIOLINISTA RUSO AQUEL....El violinista ruso aquel
trabajó todo el día
sin éxito la gitana vendió todo el día
todo el día una cartilla con números de la suerte
parecía emergerde una enorme falda negra
los ojos ocultan su perfil en el horizonte
de inmaculados mensajes vacíos
sacuden su cuero cabelludo
de pájaros gritones
sanguíneamente
recorren la ciudad
que un vocerío inanimado
de flores y estupor
ensancha
cada uno tiene un pastor
un campo o prado
un bosque o una jauría vigilante.




CAROLINA FERNANDEZ


Porque el corazón sucumbe un gato negro me hace un guiño.

Porque el corazón perece
con ojos rojos entre pisonayes y
una llama muerta,
un gato negro me hace un guiño,
se levanta festivo
para escribir lo que no entiendo
lo que no puedo, lo que no quiero ver;
para mis manos y ajados pies, es imposible.
Oh viejos y viejas poetas londinenses
Oh viejos y viejas poetas de Huarochirí
Oh Antígona! ¡Oh joven madre de Accomarca!
(bullen sus voces y silencios)
el polvo gris de los caminos y los tiempos
hablan mejor que mis uñas
....................................y mi yo casi siempre incompleto



JUAN JOSE SOTO


X

Es desde la hondura
donde emerge la palabra
su sentido abisal
la mirada en carne viva
Indescifrable caos el de nuestras voces
y los crustáceos kamikaces
estrellándose contra las rocas
Irrefrenable eco
adherido a lo que queda de nuestras sombras
y la honda escena del quebranto
Mismísimo destino del hombre
Revelación de su velado propósito
su finalidad última
Alma al aire
Mano febril del naufragio
estremecida por el amor.





LEONCIO LUQUE


DETRÁS DEL MARCO


La ira vasta
De los dioses,

La paz humillada,

La inquietud de su pasivo
Combate.

Ya no
Puede descifrar
El secreto del álamo;
Sólo se ve
Reposar el mar
Y una mujer que se dispone
En manteles
Para la cena.

Detrás del marco
Una casa
Se construye.





PAOLO DE LIMA


La arena enrojece tus ojos

Tal vez cualquier mañana rápida de celos,
Cascabel buscando entre sogas del puerto,
Una voz no vacía el perdón para su lado llame.
La arena
Enrojece tus ojos para cegarte
Más pálida que tus huesos la brisa te sostiene.
El callado parpadeo coge tus penas
Por pasos habitados sostenidas, colgadas
Como cuadros en las cárceles.
Nada más sino eso,
Hallar esta razón no concertada
Coludido para sembrarte calmada a mitad del bostezo:
Un vendaval
No enfrenta tus cóleras de guerra.
Ahí la absurda manera;
La baldía, vana actitud.
Y tus espaldas que pálidas se marchan.





WILLY GÒMEZ

Paraíso invisible

Si llegaras para la mutante
desde la salida del poema, todo júbilo
estaría en su canto interconectado y a-cósmico
con su natural belleza
y sin barro de palabra.

Si cantaras para el músico
haría difícil su convivencia
en este espacio con olas gigantes
borrándolo todo
y habría mayor expectativa de vivir
entre las cadenas deformes del silencio de la ciudad.

Si hallaras la voz del fardo que nos sobrevive
no habría tanto muerto en este cielo deshecho del Perú
que empuja su palabra vertical
y deja miedo y desierto

o bella siembra.

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