miércoles, 26 de diciembre de 2012

Poemas de Hanni Ossott, Venezuela



Poeta venezolana 



La noche y la luz
La Noche se va haciendo en mí
profunda
revocable como una estación
La oscura esfera de lo oscuro
ha inundado mi ámbito
y se cierra como el beso de dos cúpulas
Ya yo no sé cuál es mi fondo
Soy ahora noche entera
Conservo palabras
pero hoy
ellas no son lo suficientemente diurnas
no pueden guiarme
no son linterna
ni lamparita de media noche
Pienso en Delfos, debo recordar Delfos
cóncava
iluminada
abierta

Debo pensar en el espacio más luminoso del mundo
Delfos, lugar nocturno hecho luz
Es preciso
es preciso realizar de la noche la Luz


Abril, 1982




Roturas


He roto capítulos, noches
imágenes de un álbum viejo
Incendiaria
he acabado con frases
reflejos en un cuaderno de notas
Hay cosas por las que no hablaré más
Pero todo vuelve a surgir, punzante
entre el silencio decidido
y apela y demanda

He guardado papeles, memorias, hojas
aminoro así el dolor
y preciso sus perfiles
hundo el asalto de imágenes entre sombras
acallo.

No he despedazado la memoria de instantes de dicha
diminutos tiempos de un abismarse sobre lo sin fondo
de las cosas

no he descuartizado el abrazo
ni la rara plenitud que invade frente al mar

Debo cumplir rituales una y otra vez
debo repetirme y repetirlos
y no saberlos
pues líquidos huyen
para que fundemos siempre de nuevo
la continuidad de nosotros mismos



De la tierra

De lo profundo, de la más honda concavidad de la tierra
lo que expulsa grito y desmembramiento

Del corazón ardiente de la tierra
los fangos y el llanto
la carne y el querer
el ansia, las ansias
y el horror, y la parálisis ante el horror
la pérdida de habla y forma

Del fondo hirviente
el deseo
y el cuido en el deseo
la protección de la forma del ser
el amparo del círculo del ser
la perseverancia

De las honduras, las siempre en brasas
este corazón en quema
arriesgando origen y forma
abismándose
en lo sin fondo, sin límite

De lo bajo, fuego circular, el pensamiento
pensándose extraño al ardor
separándose
rompiendo carnes
dolido del extravío


octubre 1983


&&&&&

Pasa esta página
estas ruinas
estos dolores
Pasa este mar, la borrasca, el descalabro
Golpea el dolor con dolor, con ruina

instalada desde tu no ser
lo alto, lo elevado

&&&&

¿Dónde estoy?

En qué punto del universo

En qué centro

¿dónde gravito?

¿Soy acaso estrella?

¿Me despeño?¿Me arrojo?

¿Mis brazos sirven acaso para sostener?

¿Para el abrazo circular?

Mayo 1988




La mordida profunda



Hay una mordida profunda
incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
y soy,
y poseo y dono.
Regalo mi cuerpo mi ansia.

Hay una mordida en mí
que doblega al otro
lo arrodilla, lo inclina

por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
vértigos
precipitaciones
abismos

Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
en el amor...
y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
y no me sabes.




Prevalece lo raro



A Rainer y Paula Ossott

Prevalece el misterio
que haya amor
que haya odio
que existan cuerpos

Prevalece lo raro
las relaciones
los Cantos Gregorianos
el arte, el corno francés

Prevalece el incendio de nuestras pasiones
la rara faz de uno que no se ha ido
sino que se queda
e insiste
por amor y odio

Prevalecen las extrañas miradas
y los cuerpos que no pueden tocarse
por miedo
por extrañeza
por temor.

Prevalece la distancia entre los amigos
la palabra no dicha
el gesto guardado
los silencios
en medio de la ebriedad

Prevalece que haya los otros y lo otro
la “otredad”
el más allá de mí
y el más allá de ti
la extrañeza
de lo que nunca puede alcanzarse

Prevalece este raro plenilunio

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