lunes, 28 de febrero de 2011

MARIAFERNANDO NOLASCO

















Sin nombre*


Hoy lo pensé; no más frases trilladas, avezadas o desesperadas

¿Para qué transformar palabras en algo que no se puede dar?

¿Por qué formular preguntas si eso realmente se puede obviar?

Un estado de desconcierto puede atraparme ahora, y es cierto

Una paradoja es la que tengo en mí, la cual plasmo en esta hoja

Sin retóricas o confusiones, sin más réplicas o grandes ilusiones

Podría destapar mis emociones y darte así mi vida en canciones

Un mundo nuevo y sin ilación, o un mundo viejo con perdición

Palabras confusas son lo que doy, si piensas eso, no es lo que soy

Esencia perdida

Todos los días, incesantemente, me pregunto dónde está mi alma

Porque de pronto… me he convertido en alguien, que ya no ama

Cuando el destino decidió que ahora soy algo… que nada extraña

Que no siente, que no llora o te llama, que contigo, no se ensaña

En cierta estancia te hallé, por eso conservo poco de lo que fue vida

Poco importa si se va, pues no se compara a tu dolorosa despedida

La cual aún permanece, y no se va, la que no me deja vivir en paz

Y resuena la palabra “vida” por tu culpa, por mi débil corazón vivaz

Así, en melancolía y dolor, me convertí en amante del azul celestial

De todas las estrellas, escojo una, y con ella creo un mundo artificial

Entonces sueño y no dejo de soñar, te encuentro, no te dejo escapar

Todo deja de ser inútil y banal, yo sé que en mí un lugar vas a ocupar

La densa alba brota exquisita, evocándome, para poder continuar

Sí, fue afortunado soñar, fuiste lo único que a mi alma logró apaciguar

Prometer buscarte es complicado, aún si quiero encontrar una salida

Porque tú tocaste a mi puerta, solo tú… hallaste mi esencia perdida


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